MAPA DEL SER


El ser humano es una Realidad energética, está “hecho” o constituidos por cuatro cuerpos o capas que se unen al cuerpo físico orgánico que ocupa como receptáculo: el cuerpo energético, el cuerpo emocional, el cuerpo mental y el cuerpo espiritual.

El cuerpo espiritual es directamente el alma, la esencia más pura del Ser, y el cuerpo energético es el envoltorio etérico que recubre el vehículo físico y orgánico que ocupamos.

No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente, que nace desde el sistema de creencias y los modelos que derivan desde la memoria, los traumas y los programas almacenados en el subconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo.
Así que todo está interconectado y un trauma, por ejemplo, siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.


Los malestares, las enfermedades y sus relativos  síntomas no son más que los mensajes enviados por el cuerpo a una mente que se niega a comprender las enseñanzas de la vida. Cuando nos habla el cuerpo nunca miente y cada uno de nosotros es capaz de entender intuitivamente su lenguaje, porque habla con un lenguaje muy antiguo  que siempre ha existido y es destinado a no morir nunca: el de los símbolos.
La interpretación en clave simbólica, psicosomatica,  de los malestares y de las enfermedades permite integrar el mensaje profundo a nivel de la conciencia, de esa manera se puede eliminar la verdadera causa de las molestias y el cuerpo puede curarse. Por el contrario, si eliminamos sólo el efecto de un desequilibrio interior, es decir, el síntoma, este está destinado a reaparecer en el mismo órgano o en otro  más en profundidad. 
Para interpretar correctamente un síntoma se requiere una visión desapegada y externa, no lo olvidemos, en efecto, que el contenido que ese conlleva ya ha sido rechazado por la conciencia, de lo contrario no sería necesario que el cuerpo lo manifestara. Una vez que se ha integrado  completamente el contenido  del conflicto yacente en el Ser, cualquier enfermedad es capaz de curar  y el cuerpo puede volver a su equilibrio normal.
Es interesante notar que cualquier interpretación que se dé a un paciente suele ser aceptada con buena aptitud por el mismo, aún así es facil que le resulte  incorrecta o demasiado superficial. La correcta interpretación se relaciona con un aspecto de sí mismo que el paciente no ve, que por lo tanto  tenderá  a negar con mas o menos dureza cuando se le ponga delante de sus ojos  (así como tenderá  a ser particularmente irritado por aquellas personas que abiertamente manifiestan algo similar en su propia vida: mecanismo del espejo).
Para poder interpretar nuestros síntomas tenemos que preguntarnos: qué es lo que nos llevan a hacer (que en circunstancias normales no haría) y  que me impiden hacer (que en circunstancias normales haría), de esta manera nos encontramos con el propósito pues con el mensaje.




Cada ser es diferente y único, como una huella digital









EN CONSTRUCCIÓN. 
Tengan un poquito de paciencia 
cortésmente, el resto llegará pronto.
Gracias.